Frida Kahlo la mujer alegre y de naturaleza trágica, un símbolo representativo de México. Su desbordante sensibilidad, su valentía y fortaleza logró conquistar más allá de las fronteras mexicanas, su obra ha sido estudiada en diversas partes del mundo, su vida ha inspirado a cineastas, escritores, y su estilo folklórico ha sido imitado por diseñadores de moda.
Magdalena Carmen Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en la Casa Azul de Coyoacán. Hija de Guillermo Kahlo, un judío de origen alemán y que se dedicó a la fotografía, que influyó mucho en sus dotes artísticos y de Matilde Calderón y González su madre mexicana de ascendencia española.
En la época que nació Frida Kahlo, era difícil que las mujeres se dedicaran a estudiar la preparatoria y mucho menos la Universidad, sin embargo la cuestión de género jamás fue un impedimento para Frida. En 1923 ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria, siendo una de las treinta y cinco chicas aceptadas de una inscripción de dos mil alumnos.
Sin duda alguna uno de los hechos que marcaron el destino de la vida de Frida fue aquel accidente silencioso y violento, en el que un tranvía embistió el autobús en el que venía dejándola con fracturas y lesiones que la afectarían por el resto de su vida. Así fue que comenzó a pintar por aburrimiento mientras se encontraba en cama en proceso de recuperación, jamás tomó clases de pintura, pero su carácter peculiar y autodidacta fue de gran ayuda. Aquella mujer de temperamento heroico supo salir adelante y esquivar las batallas que encontró en su camino.
Quienes la conocieron la recuerdan alegre, de profunda sensibilidad y por supuesto de un humor negro que hacía reír a cualquiera. En los brazos del célebre muralista Diego Rivera, su sapo Rana como ella lo llamaba encontró un amor intenso y pasional, pero al mismo tiempo un romance enfermizo cuando descubrió que se acostaba con cuanta mujer bella se encontraba incluso con Cristina Kahlo, su hermana menor.
ermana menor.
Su exuberante creatividad dejó un legado de no menos de 200 cuadros, entre ellos 55 autorretratos, sus pinturas tienen tintes surrealistas, a pesar de que ella jamás se consideró de ésta corriente. “No soy surrealista, no pinto sueños, sino mi propia realidad”. Sus pinturas reflejan el dolor que la torturaba mental y físicamente, así mismo la alegría y sus ganas de reconstruirse por medio de la pintura, fue también a través del pincel que encontró desahogo de sus angustias y tristezas.
Jamás ha existido una obra femenina que plasme tanta angustia y desesperación como la de Frida Kahlo, pues su pasión y emotividad le dan ese estilo único a sus cuadros, en los que nos demuestra que siempre busco rescatar las raíces del arte popular mexicano, no sólo en su obra, sino en su lenguaje, vestimenta y gastronomía. Hoy en día son muchas las mujeres que admiran su obra y ese talante heroico que la caracterizaba que nos demuestra que todas somos capaces de afrontar las dificultades y lograr nuestras metas por grandes o chicas que nos parezcan.
julio 24, 2015 at 2:00 am
Es impresionante que sin haber tomado clases de pintura, haya podido expresar sus más profundos sentimientos en los lienzos, apoyandose con un caballete. Evidentementeno fue una santa, pero fue onteligente y al final se quedó en donde siempre quizo. Por siempre Kahlo. Gracias por escribir y continúa así amiga.
Bendiciones.
Me gustaMe gusta