La historia de cómo volví a dormir….
Por fin estoy lista para contar sobre mi horrible faceta de insomne que pasé durante meses. Este 2017 he tenido unas noches larguísimas, veladas infinitas y no por andar de fiesta, ni de parranda, ni mucho menos es que tuve un insomnio tan enorme que llegué a crearme una lista personalizada de pasatiempos para las madrugadas para enfrentar la desesperación.
Tengo que contar que todas las noches y madrugadas que no pude dormir me animaba pensar que escribiría este texto en el blog con la esperanza de darme ánimos de que esto quedaría atrás aunque no sabía cuándo por el momento se me había salido de las manos, pero tenía la motivación de hacerlo porque seguro habría personas que leerían mis palabras con la intención de que sean bálsamos cargados de humor y esperanza de que TODO PASA, aunque se nos olvide.
Érase una vez
Todo comenzó con dos noches de insomnio aisladas que no me sorprendieron mucho. Estaba preocupada por ciertas cosas así que había motivos para alterar mi sueño, me había pasado en otras veces, hasta que la siguiente semana se repitió y al llegar la segunda noche o tercera con el mismo problema otra vez yo en la cama pasando una velada larguísima otra vez la sexta del mes me estaba provocando angustia y miedo.
En fin al día siguiente recibí la llamada de la editora del medio en el que trabajo actualmente para hacerme una entrevista. Lo cual para mí fue la señal de que era la llamada que necesitaba en ese momento y que quizá esto me vendría bien para quitar mis preocupaciones y sí así fue por un mes.
Volví a dormir sí y todo parecía que iba bien. Pero tan pronto terminó julio siguió agosto y bueno mi sueño comenzó a tener unas alteraciones rarísimas y que empezaron a preocuparme. Sí bien lograba conciliar el sueño porque mis jornadas de trabajo son larguísimas
El insomnio empezó a llegar en las madrugadas. Me despertaba a las 4 o 5 horas de haber dormido y no podía conciliar el sueño aunque tuviera la oportunidad traté de no darle importancia, pero tenía noches peores de dormir 2 o 3.
Al poco tiempo el asunto empezó a traumatizarme y agotarme física y mentalmente. Irme a la cama era subirme al ring de boxeo pero yo nunca le ganaba era el boxeador golpeado de la esquina. Ya no me me daba miedo quedarme dormida sino despertarme en las madrugadas cuando el sol aún ni se asomaba y yo parecía estar fresca. La escena se repitió tantas veces que me parece una secuencia de película yo despertando angustiada con taquicardias viendo la ventana que reflejaba su oscuridad, sintiendo pánico de ver el reloj y contar las horas que habían transcurrido desde que vi el móvil por última vez.
“Y si son las 3 am y si son las 4 am o las 6 am, no veré el celular, bueno sólo esta vez”.Me prometía no ver más el celular pero lo primero que hacía era ver el reloj y contar las horas que dormí. Deseaba con el alma volver a despertar con el sol en la ventana. A veces leía o limpiaba y otras veces daba vueltas mientras me contaba historias de terror de lo que podía pasarme sino dormía mejor y otras veces porque no lloraba de frustración y luego sacaba el tapete de yoga y seguía sesiones de yoga guiadas en youtube.
A veces quería llamarle a alguien en mi insomnio y celebraba que me llegaran whats de mis amigos insomnes ocasionales y desvelados de toda la vida o llamadas de amigos en el extranjero eran bien recibidas.
No me preocupaba despertarme sino no lograr volver a dormir con esto me refiero que a las 5 am y 6 yo andaba súper despierta cuando nunca en la vida, o sea llegué a dormir como 4 horas por día durante unas semanas.
A los pocos días me vencía el sueño y volvía a dormir de 6 u 8 horas por un par de días y otra vez lo mismo.
Perdí la cuenta cuantas veces fueron las veces que me dije otra noche así y no voy a poder seguir con esto me rehúso.
¡No pienses en elefantes rosas!
Si uno se obsesiona las cosas empeoran en menos tiempo de lo que uno se imagina. Sabía que ponerle foco no iba resolver el asunto, pero al poco tiempo ya era presa de mi miedo a no dormir bien y no tardé en obsesionarme con el asunto. Dedicándole mucho tiempo al tema ya no podía escapar de esto.
Leía sobre eso, mis búsquedas eran sobre tipos de trastornos de sueño, tipos de insomnio, personas con insomnio, casos de insomnio crónico, alternativas para eliminar el insomnio, higiene del sueño parte I II y II, testimonios de superación de insomnio, personas con ansiedad e insomnio.
Y puse en marcha las técnicas claro sin dejar la obsesión con las amistades de confianza le dedicaba un rato al asunto parecía informante con diálogos tan preocupantes como: “Me encuentro bien aunque hoy dormí sólo 4 horas y media y bueno ayer sólo 3 y antier 5 horas” o diciendo cosas tipo: “Llevo tres días despertando a las 6.30 y la semana pasada desperté a las 5.49 dos días. No entiendo bien el significado”. Me acuerdo que mi mejor amiga me dijo el día que dejara de obsesionarme con ello volvería a dormir como antes. En fin sabía que era cierto pero era mi propia víctima y verdugo. No podía liberarme.
Hasta que pasé una semana fatal justo una semana antes del sismo dormí dos o 3 horas por día. Esa semana estaba fatal y definitivamente me di cuenta que tenía que aceptar que por el momento no me estaba ayudando.
Era una versión de mi misma zombie con un episodio de estrés elevadísimo que se alimentaba de la responsabilidad de mi trabajo y el miedo a no hacerlo por tener sueño todo el día y no estar óptima.
Confieso que ya no podía pensar con claridad en una semana empecé a ver todo gris y estaba sumergida en una cansancio que no sé hasta la fecha como seguía mi vida. Ya no sabía si tenía más ansiedad, insomnio o cansancio y cuál de las tres me afectaba más.
En esa semana empecé a equivocarme con las notas del diario, tal cual la editora me las regresaba y en efecto al leerme descubría que estaba escribiendo las declaraciones de los entrevistados como las había escuchado y procesado en mi cabeza. Lo cual me generaba más preocupaciones mientras asistía a los eventos de prensa con la misma expresión de Edward Norton en Figh Club.
Irritable hasta más no poder, sensible, cansada nivel Dios, ansiosa también, preocupada y bueno ahora sé que varias noches malas no acaban contigo y te permiten seguir como tu jornada laboral más o menos bien no es tan fatal como la mente nos dice.
Pero en ese momento fue el infierno perdí la lucidez, la paciencia, la concentración, la fluidez, mis movimientos eran torpes, mi mente estaba ansiosa y aterrada y después de darle vueltas al asunto de pedir ayuda o no. Acepté que se me había ido de las manos y que si intentaba seguir resolviéndolo sola iba terminar fatal.
¡Ni una noche más!
Regresé al psicoanalista le llamé a pesar de que me resistía a regresar pensando que era un retroceso, cuando en realidad cada día estaba empeorando, mi estado emocional en menos de 7 días era de malo a pésimo, tanto que hice cita con un psiquiatra en modo desesperación rogándole que me atendiera en día festivo vía telefónica porque lo que yo quería era dormir y pensar en los procesos y la cuestión de tiempo ya me agobiaba demasiado.
Con el psiquiatra entré con la esperanza de que me diera “las pastillas mágicas”. Ya no tenía cabida en mi mente para relajarme así que me recetó tafil. Me dijo que era un proceso que tardaría un poco pero que mi pronóstico no era nada agobiante era más ansiedad que otra cosa.
Dormí como bebé pero la “magia” no duró mucho porque al poco tiempo descubrí que mi ansiedad e insomnio eran resistentes y tan pronto me daba cuenta yo despertaba entre horas y tenía insomnio en la madrugada. En poco tiempo me elevó la dosis pero no funcionó e incluso en mis días de estrés dormía igual de mal como si no tomará el ansiolítico
Tuve noches mejores y unas muy jodidas donde ya se combinaban taquicardias en las madrugadas, pesadillas, ataques de pánico nocturnos, uno o dos episodios de falta de aire entre sueño que me obligaba a despertar y no me dejaban ganas de dormir otra vez.
Manos a la obra
Como buena reportera con ganas de saber más me di a la tarea de buscar alternativas y toda la información sobre el sueño, el insomnio, los ciclos circadianos todo en absoluto para poder ayudarme de todas las maneras posibles física, emocional y biológica.
Compré aromaterapia velas, cremas, aceites esenciales con lavanda, melisa, Rosa. Busqué cuáles eran las asanas de yoga posturas que generan mejor circulación en la sangre para poder dormir. Apliqué musicoterapia y luego música con ondas delta, música en piano de Disney, vaciado de pensamientos. Ejercicio hacía y me ayudaba. Tomé melatonina el conciliador de sueño natural. Tomé infusiones de valeriana, de tila. Renuncié a tomar alcohol, cafeína y teína para evitar más descontrol.
Cambié la luz de la compu y el celular en modo nocturno programada a las 10 pm para no alterar mi ciclo del sueño. Comí nueces, el vaso de leche tibia con miel.
Todas estas técnicas funcionaban a veces y otros días no, no las hacia diario, pero hago natación y yoga y esos días notaba que mi sueño iba mejor. Asistía a mi sesión de psicoanálisis donde me percaté que tenía varias razones y emociones que podían afectar mi sueño ahí empecé con pequeños actos que comenzaron bajar mi estrés ante situaciones reales diurnas que me generaban estrés.
Y bueno las cosas iban mejor eso una vez a la semana tenía insomnio o ataques de pánico nocturnos o algo similar pero todo iba mejor mejoraba y ya lograba dormirme después de despertarme. Dejé de obsesionarme con el tema pero tan pronto veía que el tafil se iba terminar misteriosamente” volvía ser presa de todos los síntomas. Básicamente tenía miedo de no poder dormir por mí misma y la incongruencia de que no quería ir al psiquiatra porque era un dineral y estaba gastando muchísimo.
Empecé a mejorar mucho y justo tomé la decisión de dejar el medicamento y hacerlo sola en conjunto a la terapia, que por el momento sería mi mayor en apoyo en caso de cualquier cosa.
Quizá las primeras noches tendría insomnio sí, pero tarde o temprano Morfeo vendría. Quizá tendría que aplicar todas las técnicas al mismo tiempo hasta que dieran resultado. La realidad es que ya había pasado noches tan fatales y había sobrevivido a cada una de ellas que, acepté que era un proceso.
Y lo mejor era hacerlo de forma orgánica y natural y obviamente la primera noche sin el medicamento dormí dos horas o una, la segunda dormí 3 o 4 y la tercera como 6 horas. Lo interesante y maravilloso es que ya no tenía miedo de no tener un sueño reparador y tener horas en la cama despierta con terror. Sólo me decía ya llegará si no duermo en una hora me levantaré a leer o dibujar mándalas o escribir o veré alguna serie.
Lo que siguió a esos días fueron noches de sueño reparador una tras otra sin dificultad para dormir, ni despertares nocturnos, ni dificultad para dormir en la madrugada y mañanas lucidas como si mi cuerpo y mi mente se entregaran a Morfeo.
Tengo la sensación por fin cuando me deje vencer por el insomnio y entendí que poco a poco se iría con todos los cambios, decisiones y mejoras se iría algún pero lo haría. Lo que venció fue el sueño y vaya es que ya no le tengo miedo al insomnio, ni a irme a la cama, ni a nada de eso. Todo pasa y lo mejor es dejar de intentar controlar el asunto biológico y tomar acción al respecto. No hay cura para el insomnio porque no es una enfermedad, dormir es lo natural y el cuerpo siempre siempre buscará el equilibrio.
Y tampoco existen fórmulas mágicas que solucionen el problema por arte de magia. Todos somos distintos y las razones de la falta de sueño son súper distintas en cada uno. Las alternativas funcionan siempre y cuando la resistencia sea mínima y el miedo no te agobie.
Mi mayor consejo es dejar la resistencia perderle miedo al insomnio y a sus posibles efectos y tener en cuenta que todo pasa y no nadie se muere por no dormir bien una temporada. El sueño siempre nos alcanza porque forma parte de las funciones naturales y biológicas de nuestro cuerpo.
¡Y es que Morfeo siempre gana si lo dejas!
Descripción gráfica de mí recuperando el sueño perdido¡ Qué hermoso es! 🙂
abril 20, 2018 at 9:33 am
Hola Me gustaría saber q terapia y con quién la seguiste. Gracias
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abril 23, 2018 at 2:10 am
Emma yo elegí a una psicoanalista se llama Beatriz Acevedo, es muy buena y empática. Si deseas su contacto con gusto te lo comparto.
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abril 26, 2018 at 5:03 pm
si , me gustaria quedar con ella. gracias
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abril 26, 2018 at 8:42 pm
Es Beatriz Acevedo 5565801275
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enero 28, 2019 at 3:23 pm
Hola, Leí tu block y me llena de ánimo tengo 2 meses con insomnio y ansiedad. La verdad es un verdadero infierno hasta pensaba en morir o hacerme algo . Pero al leer tu block me anima a que si podré vencer el insomnio.
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enero 29, 2019 at 8:03 am
Qué gusto Erick, me alegra que mi post te haya hecho sentir mejor, es un proceso muy complicado, lo viví tuve mucha desesperación y entiendo cómo se vive, ánimo iras mejorando,tengo un podcast del tema que podría ayudarte sobre el tema del insomnio.
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enero 29, 2019 at 6:17 pm
Gracias Arantxa, cómo hago para el podcast.
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diciembre 28, 2020 at 12:30 am
Hola arantxa como estas? Te escribo después de año y aun no sigo sin resolver con el problema de dormir me siento muy triste por no superar el insomnio u.u
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diciembre 29, 2020 at 4:37 am
Hola Erick lamento que sigas con este problema, probablemente la pandemia pueda ser un factor que no ayude. Espero que no te desesperes, ni te desanimes, hay muchísimos tratamientos, terapias y alternativas que pueden ayudarte. Prueba todas si te resuenan 😊♥️ Todos vivimos nuestro proceso, a veces tardamos más, no importa. Yo tuve ayuda psicológica y psiquiátrica lo cual fue muy importante.
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